domingo, 13 de enero de 2013

LA MUJER ES UNA ISLA

    Hace ya unas semanas que terminé de leer el libro éste de "La mujer es una isla" de la afamada autora islandesa Auður Ava Ólafsdóttir, la cual ha tenido un par de éxitos editoriales muy notable pero a la que yo no conocía.
    Por ésta vez no hay asesinatos ni detectives depresivos ni mamás policías con hijos pequeños ni suecos depravados, tan sólo el viaje iniciático de una joven mujer de apenas treintaytantos años, la edad perfecta para mandar todo a la mierda y darle un giro a tu vida, y vá y lo hace.
    La prota, la cual trabaja de traductora y habla 11 idiomas, de regreso a su casa atropella con el coche a un ganso, que en la isla del frío se vé que deben de andar sueltos como aquí los gatos pero con la diferencia de que en España y próximamente Catalunya no nos comemos, de momento a los gatos. En cuanto llega a su casa y se prepara para cocinar al animalico, un señor que vive allí y que es la marido de la prota le dice que se separa de ella porque después de cuatro años no aguanta las incongruencias de la señora y que de paso vá a tener un hijo con una señorita que trabaja en la oficina con él.
    Si la acción estuviese situada a la ribera del Mediterráneo lo más lógico es que se hubiese organiado un tifostio de tres pares de cojones con platos estrellados en el suelo, mazas de mortero lanzadas por el aire y morteros de mármol usados como arma ofensiva. Pero en la isla en donde más anuncios de coches se ruedan y que es como muy fría y tal pues no pasa nada, todos son tan civilizados que hablan las cosas, ella sigue pensando en que relleno le pondrá al ganso y al final después de la cena pues echan un "huete" de postre como si no hubiese pasado gran cosa. Ah, habría que recordar de paso, que en el momento en que se carga al pato en cuestión ella vá pensando en como decirle a su amante que ya no quiere verlo más. En fin  en eso no se distingue gran cosa de nuestro país pero no dejan de ser raros.
    Comentaba lo del viaje ya que aprovechando la separación y que de paso le tocan dos premios seguidos en las loterias locales, se marcha a "encontrarse a si misma" por la ruta que circunvala a la Islandia junto a un niño sordomudo dejado en prenda por su amíga íntima mientras dá a luz a gemelos de distinto padre que el anterior; unos muñecos de peluche y la guantera repleta de billetes.
    Puede que no haya entendido la profundidad de la novela, pero me ha dejado como el país éste en invierno, frio, pero que muy frío. Está bien escrita, no es para nada plúmbea pero me ha dejado indiferente aunque tiene pasajes de un lirismo muy bien encontrado y con reflexiones acertadas.
    Recomiendo que se lea, sobre todo a las chicas para desintoxicarse de "amos" y "siervas" y sexo de peli erótica con mucho flou. Y en un futuro no muy lejano intentaré empezar la otra novela de éxito de la autora "Rosa cándida" (2011), también en Alfaguara, a ver que tal.


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